sábado, 26 de mayo de 2012

Compras verdes: hacia un consumo responsable

http://lwww.listindiario.com/la-republica/2009/5/31/103198/Compras-verdes-hacia-un-consumo-responsable

ENFOQUE
 
Compras verdes: hacia un consumo responsable
 
TENDENCIA. ALGUNOS GOBIERNOS ESTÁN IMPEMENTANDO LAS COMPRAS AMBIENTALIZADAS A FIN DE QUE SUS PROVEEDORES SE INCLINEN POR SISTEMAS DE PRODUCCIÓN NO CONTAMINANTES



Solange de la Cruz Matos
Santo Domingo.- Ser “verde” no se trata de una moda en auge, sino de un compromiso con el planeta, a fin de salvaguardarlo para las futuras generaciones. Comprar “verde” equivale a adquirir productos que ayuden a conservar los recursos naturales, ahorren energía y eviten el desperdicio.
Las personas “verdes” al momento de consumir un producto escogen aquel que se obtuvo con el menor daño al ambiente; por ejemplo, un guineo producido sin agroquímicos que contaminen la tierra y al producto mismo. Son los alimentos orgánicos.
También son aquellas que al momento de escoger un destino para vacacionar seleccionan el establecimiento que produce menos daño a la playa o al entorno en donde está enclavado.
Pero esta opción no sólo es individual, sino que los gobiernos, que son grandes consumidores, también se están transformando en “verdes”, orientando sus compras públicas hacia a la adquisición de productos sustentables.
Son las llamadas “compras públicas verdes”.
La Dirección de Gestión de Calidad Ambiental de Costa Rica define el concepto como “el proceso en el cual las instituciones y organizaciones del Estado realizan sus compras de bienes y/o servicios considerando, además de criterios económicos y monetarios –como lo son el precio, la calidad, la disponibilidad, la funcionalidad, etc.–, los impactos que en el medio ambiente el producto y/o servicio tienen durante su ciclo de vida”.
También se consideran aspectos sociales como la erradicación de la pobreza y del trabajo infantil, la equidad de género y la promoción de condiciones laborales y de derechos humanos.
Algunos gobiernos ya tienen políticas definidas en este sentido y otros trabajan en esa tesitura. Uno de los países que ya cuenta con reglas claras en la materia es México, que en el artículo 27 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público (LAASSP), expone: “Las adquisiciones, arrendamientos y servicios se adjudicarán… (a) las mejores condiciones en cuanto a precio, calidad, financiamiento y oportunidad, eficiencia energética, uso responsable del agua y demás circunstancias pertinentes…”.
Y para predicar con el ejemplo, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de esa nación, a sugerencia del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), utiliza la herramienta denominada Análisis de Ciclo de Vida (ACV) para identificar los criterios de uso de agua y energía de artículos de consumo intensivo en la institución, como papelería y bienes informáticos.
El ACV cuantifica la energía y materia prima, las emisiones al ambiente y los residuos y desechos.
En tanto, Costa Rica diseñó un manual para la implementación de las compras verdes en el sector público, con el que espera no sólo incidir en las políticas ambientales de compras del gobierno, sino apoyar en su implementación por medio de lineamientos y ejemplos que apoyen a proveedores y otros involucrados en el proceso de compras verdes.

Diseño de políticas regionales
A finales del año pasado, las personas responsables de las compras y contrataciones de los gobiernos centroamericanos y de República Dominicana se reunieron en Costa Rica en un taller de capacitación sobre compras sustentables, donde recibieron formación acerca de conceptos, prácticas y metodologías que cumplen con las políticas ecológicas actuales y que deben ser utilizadas para la realización de compras públicas.
Fruto de esta jornada de trabajo resultó el diseño de un plan de acción que servirá como base para elaborar un programa de cooperación regional, que contará con el apoyo del PNUMA, de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), de la Red Interamericana de Compras Gubernamentales y de la Organización de los Estados Americanos (OEA), organismos que auspiciaron la actividad junto al Sistema de Integración de Centro América (SICA).
En el país, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarena), a través del Programa Nacional de Producción más Limpia (PNP+L), promueve el concepto de compras sustentables.
Elías Gómez, coordinador del programa, afirma que trabajan el concepto con los técnicos de la Dirección General de Contrataciones Públicas (dependencia de la Secretaría de Estado de Hacienda), con el interés de que el país responda a las expectativas regionales.
“Les damos entregamiento a sus técnicos y les entregamos insumos. La idea es poder aplicarlo en todas las instituciones del Estado. La aspiración es que en los términos de referencia se coloquen conceptos que tengan supervisión ambiental, que no tengan delito ambiental, que sean productos sostenibles, que contaminen menos el medio ambiente. Eso es lo que tratamos de lograr en una primera etapa. Muchas empresas privadas lo están haciendo voluntariamente.
Muchos empresarios creen en eso”, asegura.
Gómez pone el ejemplo de México, que usa papel reciclado en las dependencias gubernamentales, y que en las instituciones estatales cuenta con un consejo en donde los suplidores informan las características de los productos ofertados y los beneficios al ambiente. “Tratan de comprar cosas que no degraden el medio ambiente”, expone.

Impacto del concepto
Si los gobiernos optan por las “compras públicas verdes” los beneficios serían múltiples. Por ejemplo, en el tema del papel reciclado, si se toma en cuenta que para hacer una tonelada de papel nuevo se necesitan 17 árboles, 250 mil litros de agua y 7,800 kilovatios hora de energía eléctrica, el hecho de que en las oficinas gubernamentales se utilice papel reciclado tendrá un impacto incalculable en favor del medio ambiente.
Además, se obligaría a las industrias y empresas interesadas en ser suplidoras del sector gubernamental a mantener normas de respeto al medio ambiente, lo que las llevaría a la práctica de producción más limpia, defi nida como la aplicación continua de una estrategia ambiental preventiva, para procesos y productos, con el fin de reducir los riesgos al ser humano y al planeta.
Como esta modalidad de producción reduce la contaminación y optimiza los insumos, puesto que los desechos se reducen en más de la mitad, se garantiza el desarrollo industrial sustentable y, por ende, la competitividad.

Cumbre de la Tierra
En la Cumbre Mundial de Desarrollo Sostenible de Johannesburgo (2002) se acordó el compromiso de elaborar programas de 10 años de duración en apoyo de las iniciativas regionales y nacionales para acelerar el cambio hacia modalidades de consumo y producción más sostenibles.
En 2003, con ese propósito, se realizó una reunión internacional de expertos en la ciudad de Marrakech, Marruecos.
El resultado de la reunión fue la identificación de las prioridades iniciales y el acuerdo de continuar con el proceso para elaborar el marco de programas. El acuerdo se conoce como el “Proceso de Marrakech”.
El desarrollo del proceso de Marrakech comprende consultas regionales y mesas redondas nacionales en producción y consumo sustentable, para promover el conocimiento y para identificar prioridades y las necesidades en el tema; y la construcción de estrategias regionales y mecanismos de implementación con propiedad regional y nacional, para ser transferidos donde sea posible por medio de instituciones relevantes.

(+) EL ABANICO SE EXPANDE A NIVEL GLOBAL
La primera conferencia internacional sobre Compras Verdes se efectuó en Sendai (Japón) en 2004, con la participación de 37 países, en la que se firmó una declaración que enfatiza la importancia de usar la fuerza de las compras para crear mercados menos contaminantes para empresas menos contaminantes.
Japón es uno de los países con mayor experiencia en compras ambientalizadas.
Desde 2001 tiene una ley sobre la promoción de compras verdes, con la que ha alcanzado que un 83 por ciento de las entidades públicas y privadas nacionales implementen esfuerzos en adquisiciones sustentables (www.igpn.org/).
En 2004, Australia anunció su programa de compras verdes (Eco-Buy), aunque desde antes se venía implementando, con un éxito tal que Eco-Buy logró que los gastos públicos en compras verdes se incrementaran de US$4.6 millones en 2001 a US$21 millones en 2003, lo que le valió que en 2004 obtuviera el premio “Día Mundial del Ambiente” en la categoría Gobierno Local, que entrega las Naciones Unidas (www.ecobuy.org.au/).
En Norteamérica funciona la Iniciativa Norteamericana de Compras Verdes, que engloba toda entidad, sea pública o privada, interesada en implementar las compras verdes en el subcontinente.
Una de las herramientas desarrolladas es una guía de autoevaluación llamada Eco-Sat, con el objetivo de ayudar a los profesionales de las adquisiciones a evaluar las iniciativas de compras ambientales de su organización e identificar oportunidades de mejoramiento (www.cec.org/ eco-sat/).
En Europa, la compra pública verde es un instrumento clave de la política ambiental. La Unión Europea tiene como meta que para el 2010 se alcance un 40 por ciento de compras sustentables (www.ec.europa.eu/environment/ gpp/index_en.htm). La Sociedad Pública de Gestión Ambiental del País Vasco (IHOBE) fue reconocida en 2006 con el Premio a la Mejor Práctica sobre Compra Ecológica, otorgado por la Comisión Europea (www.productosostenible.net).
En Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) cuenta con un programa nacional de compras ambientalmente preferibles (www.epa.gov/ epp/).

(+)
CRITERIOS AMBIENTALES PARA COMPRAS VERDES

• Reducción de emisiones al aire y al agua
• Exclusión/limitación de sustancias químicas nocivas
• Uso de productos ambientalmente más respetuosos
• Uso de materiales reciclados
• Uso de materiales reciclables
• Menor consumo de energía
• Generación de menos desechos en general.
• Correcta gestión de los residuos generados
• Menos empaque
• Logística más eficiente en la entrega
• Menos consumible
• Optimización del tiempo de vida útil
• Garantizar la duración, reparabilidad y piezas de recambio
• Facilidad de reparación
• Vehículos de transporte y maquinarias más eficientes
• Posesión de sistemas de gestión ambiental

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